Esta imagen es una reinterpretación psicodélica de “El Mago”, una de las cartas más poderosas y arquetípicas del tarot. En ella, la figura del mago —representada por un chango azul— encarna la voluntad creadora, el dominio de los elementos y la conexión entre el plano espiritual y el material.
 
El chango azul: Este mago simiesco representa la inteligencia instintiva y la chispa divina que habita en la naturaleza salvaje del ser humano. Su postura firme y mirada concentrada evocan la conciencia que despierta cuando el instinto y la razón se unifican. En su gesto se percibe el poder de transformar lo ordinario en sagrado, lo cotidiano en arte.
La túnica roja: El color intenso simboliza la energía vital, la acción y la pasión creadora. Es el fuego interior que impulsa al mago a manifestar sus intenciones en el mundo físico.
El símbolo del infinito sobre su cabeza: Es la mente eterna, el flujo inagotable de energía cósmica que circula a través de él. Representa la conciencia continua, el dominio de los ciclos y la conexión con el Todo.
La mesa y los objetos: Frente a él descansan los cuatro instrumentos del tarot —el bastón, la espada, la copa y el pentáculo—, emblemas de los cuatro elementos: fuego, aire, agua y tierra. En conjunto, reflejan el dominio de todas las fuerzas de la creación.
El fondo amarillo y las esferas luminosas: Sugieren iluminación, claridad mental y energía divina. Es el espacio mental del mago, donde la intención se convierte en realidad.
Las flores y la vegetación exuberante: Simbolizan la fertilidad de la mente creadora. Cada idea sembrada en la tierra del espíritu puede florecer cuando la voluntad es pura.
Las nubes y el aura radiante: Representan el plano sutil de la imaginación y la conexión con lo divino. Es el puente invisible por el que el mago canaliza la energía del cielo hacia la tierra.
 
En conjunto, esta carta nos habla de manifestación, creatividad consciente y poder personal. El mago-chango no busca dominar, sino comprender las fuerzas de la vida para crear en armonía con ellas. Su figura nos recuerda que el verdadero poder nace de la unión entre lo instintivo y lo espiritual, entre la materia y la mente.
 
Artista: Changoloco